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NO EXISTEN LAS DEBILIDADES

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Fundadas en 1964, las Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas – Ejercito del pueblo hasta el 2016 tras el acuerdo firmado con el gobierno de Juan Manuel Santos, libraron una guerra contra el Estado colombiano. Durante más de 50 años que duró el conflicto entre ambas partes, el trabajo forzado y reclutamiento indebido para menores de edad fue un alto protagonista. Según la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) por lo menos 8.839 menores de edad fueron reclutados por este grupo guerrillero, la mayoría cuando tenían entre 15 a 17 años. Muchos de estos fueron reclutados en contra de su voluntad como también algunos eran reclutados por decisión propia.​

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Desde su llegada, los menores son puestos a tareas de campo para mantener el equilibrio dentro del lugar que se encuentran habitando. Para los excombatientes, todos debían adquirir rasgos de liderazgo que les permitía evolucionar como seres humanos día a día. Las experiencias en estas tareas les permitían adquirir habilidad de supervivencia con las cuales hoy en día han podido llevar adelante sus proyectos productivos: actividades de pesca; caza; manualidades; medicina y adaptación al entorno. Todo joven que era reclutado era puesto en igualdad de condiciones, pues se consideraba que todos estaban para actuar sin importar sexo o raza. La superación persona como persona y guerrillero era lo que le permitía a alguien sobrevivir e incluso las mujeres también hacían parte del trabajo duro que vivía un campamento.

 

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Según cifras del partido FARC, al menos 29 de cada 100 excombatientes son mujeres, siendo hoy al menos el 30% de los reincorporados hoy bajo el proceso de paz. Durante la época de combate, las mujeres terminaban siendo actores principales para el sustento de la comunidad, muchas de ellas llegaron entre los 14 a 16 años a hacer parte de las líneas y se especializaban en los sectores de medicina y cocina, aunque era una labor que todos cumplían. Las mujeres eran enviadas a combate e incluso algunas como cabeza de liderazgo, pues tienen mayor proceso de aprendizaje. Pues son 1.214 las mujeres que están actualmente vinculadas a programas de formación académica, además las cifras del gobierno revelan que el 89.7% de estas mujeres sabe leer y escribir.

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En general, las FARC trabajaban en comunidad sin estigmatizar ningún tipo de persona. Hoy en día, estas personas tienen presencia en los proyectos productivos y tienen el compromiso de lograr lo acordado en el 2016 cuando se negoció con el gobierno nacional dejando atrás las malas memorias que le generó la guerra con la cual vivían. Los 13.000 excombatientes que hoy se encuentran las Entidades Territoriales miran igual a todos, y esperan que jóvenes y mujeres logren también se puedan reincorporar a la sociedad.

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